Hablar de salud sexual en Colombia no puede limitarse al uso del condón o a la prevención del VIH. La base del bienestar sexual está en el consentimiento: la capacidad de decidir libremente qué queremos, cuándo y con quién. Aun así, en el país persisten mitos, silencios y falta de educación sexual que dificultan entender y practicar este derecho.
1. ¿Qué es el consentimiento en salud sexual?
- No es un “sí” dado una vez: es un acuerdo que debe renovarse en cada momento.
- Debe ser libre de presión, informado y entusiasta.
- La OMS y la OPS reconocen el consentimiento como un pilar de los derechos sexuales y reproductivos.
2. Realidad en Colombia: datos que preocupan
- Según la Encuesta Nacional de Demografía y Salud (ENDS) 2020, el 36 % de las mujeres reportó haber sufrido algún tipo de violencia de pareja, incluida la sexual.
- La misma encuesta muestra que 1 de cada 4 adolescentes inicia su vida sexual antes de los 15 años, muchas veces sin información adecuada ni capacidad para negociar el uso del condón.
- La Defensoría del Pueblo (2023) alertó sobre el aumento de casos de violencia sexual en niñas, adolescentes y jóvenes, con más de 30.000 denuncias anuales.
Estos datos reflejan que el consentimiento sigue siendo una deuda pendiente en la educación y la práctica social.
3. Falta de educación sexual integral
- Aunque Colombia cuenta con la Política Nacional de Sexualidad, su implementación es desigual y muchas instituciones educativas aún evitan hablar de consentimiento, diversidad y placer.
- Esto deja a infancias, adolescentes y jóvenes sin herramientas para reconocer situaciones de riesgo, expresar sus límites o exigir respeto.
4. Consentimiento y salud sexual: un derecho que protege
Hablar de consentimiento es también hablar de salud sexual porque:
- Previene situaciones de violencia y coerción.
- Fortalece relaciones basadas en el respeto y la confianza.
- Empodera a las personas para cuidar su cuerpo y su bienestar.
El consentimiento no es un tema secundario: es el corazón de la salud sexual. En Colombia, avanzar en educación, acceso a información y prevención de la violencia es esencial para garantizar que todas las personas puedan vivir su sexualidad con libertad, respeto y dignidad.





